El Consejo de Ministros de Cuba aprobó recientemente el anteproyecto del nuevo Decreto-Ley de Aduanas, una normativa que busca reforzar los mecanismos de control aduanero sobre mercancías, envíos y equipajes de viajeros. El texto será presentado próximamente al Consejo de Estado para su ratificación.
Según informó Nelson Cordovés Reyes, jefe de la Aduana General de la República (AGR), la propuesta establece regulaciones sobre la organización interna del ente aduanero, así como los procedimientos de desaduanamiento, los cuales incluyen la presentación de documentos, inspecciones físicas, determinación de aranceles y despacho final de las mercancías.
El nuevo marco legal también pretende fortalecer el cumplimiento de las normativas administrativas, tributarias, financieras y de comercio exterior, en consonancia —según el oficialismo— con la Constitución vigente. Sin embargo, la medida ha provocado una ola de rechazo en redes sociales, donde cubanos denuncian que estas regulaciones solo agravan las ya severas limitaciones impuestas a la importación personal en la Isla.
«¿Cómo pretenden hablar de bloqueo si internamente traban todo lo que ingresa al país, que no produce ni lo más básico?», cuestionó un usuario en la página oficial del Gobierno cubano. Otros comentarios señalan que cada decreto aduanero se traduce en «más miseria para el pueblo» y en privilegios para las élites, que no sufren las restricciones impuestas.
El malestar ciudadano se agrava en un contexto donde, en enero pasado, el régimen impuso nuevos aranceles en dólares para las importaciones no comerciales, afectando artículos de primera necesidad. Esta escalada de medidas restrictivas refuerza el papel de la Aduana de Cuba como instrumento de control interno, en un país sumido en una de las peores crisis económicas y sociales de su historia reciente.