Un grupo de cubanos portadores del formulario I-220A, atrapados en un limbo legal en Estados Unidos, se moviliza esta semana hacia Washington D.C. para exigir al Congreso una solución migratoria definitiva. Con pancartas y mensajes de esperanza, los manifestantes se reunirán frente al Capitolio para visibilizar su situación y pedir apoyo político.
“Tenemos miedo de ser deportados, de que nos separen de nuestras familias”, confesó Dania, una de las voceras del grupo, visiblemente afectada por la incertidumbre que viven desde su llegada al país. “Solo queremos libertad, no somos criminales”.
El formulario I-220A fue entregado a miles de cubanos al ingresar por la frontera sur, pero a diferencia del parole humanitario, no otorga acceso automático a beneficios legales ni a la Ley de Ajuste Cubano, una ley que tradicionalmente ha protegido a quienes huyen del régimen comunista en la isla.
Esta diferencia ha generado una crisis migratoria silenciosa dentro de la comunidad cubana en EE.UU., especialmente en el sur de la Florida, donde muchos viven con temor a una deportación inminente. Por ello, los manifestantes esperan contar con el respaldo de congresistas cubanoamericanos como María Elvira Salazar, quien ha expresado su apoyo a una legislación que reconozca el I-220A como base para una regularización migratoria.
“La Ley de Ajuste Cubano existe y debe amparar a quienes escaparon del comunismo”, declaró anteriormente la congresista republicana.
Sandra, otra manifestante, subrayó que su protesta no busca confrontación, sino empatía: “No somos los que regresan a la dictadura. Volveremos a Cuba solo cuando sea libre”, dijo con firmeza.
Esta no es la primera vez que los afectados por el I-220A alzan la voz. En los últimos años han realizado múltiples protestas frente a la Casa Blanca y han fundado un movimiento cívico anticomunista, decidido a luchar por una oportunidad digna en suelo estadounidense.
Además de la manifestación frente al Capitolio, el grupo planea una protesta pacífica ante la embajada de Cuba en Washington, donde denunciarán la represión del régimen y exigirán respeto a los derechos humanos en la isla.
Los organizadores aseguran que continuarán las movilizaciones hasta obtener una respuesta concreta, e invitan a la comunidad cubanoamericana a sumarse solidariamente a esta causa.
“No somos delincuentes, somos personas que buscamos refugio en esta nación porque creemos en la libertad”, concluyó Dania con esperanza, aunque con el peso de la incertidumbre aún sobre sus hombros.