Diecisiete migrantes cubanos fueron detenidos y expulsados de Rusia esta semana tras una redada policial en el distrito de Krymsk, región de Krasnodar, al sur del país, según reportó el medio ruso Prizyv. Las autoridades los acusaron de violar las leyes migratorias al permanecer en territorio ruso una vez vencido el plazo legal de estancia.
Los arrestos se realizaron durante un operativo de las fuerzas del orden destinado a detectar a extranjeros en situación irregular. Todos los detenidos son hombres, y uno de ellos enfrentó además cargos por un delito no especificado.
Un tribunal ruso ordenó su expulsión inmediata, la imposición de multas administrativas y la prohibición de entrada al país por un período que oscila entre cinco y diez años. Las personas que permitieron su estancia ilegal en Rusia también están siendo investigadas por presunta complicidad, bajo cargos previstos en el Código Penal ruso.
La expulsión de cubanos no es un hecho aislado. A finales de febrero, otras dos mujeres procedentes de la Isla fueron deportadas de forma forzosa desde la ciudad de Nizhnevartovsk, a casi 3.000 kilómetros de Moscú.
El endurecimiento del régimen migratorio ruso, implementado a inicios de febrero de 2025, ha provocado la alarma entre defensores de derechos humanos. La nueva legislación facilita expulsiones sumarias y amplía la lista de motivos por los cuales un migrante puede ser considerado ilegal. Las medidas han sido calificadas como “muy peligrosas” por activistas, quienes alertan que podrían facilitar abusos policiales y discriminación.
Rusia ha deportado a más de 80.000 migrantes en lo que va de año, casi el doble que en 2024, según datos del Servicio Federal de Alguaciles citados por la agencia TASS. Además, se ha reforzado el sistema de vigilancia con la creación de un «registro de personas controladas», que restringe severamente los derechos de los migrantes, incluyendo la posibilidad de enviar remesas.
Los ciudadanos cubanos, que no requieren visado para entrar a Rusia, han estado entre los más afectados por estas medidas. Muchos de ellos permanecen en el país más allá del límite de 90 días permitido, en un intento desesperado por huir de la crisis humanitaria en Cuba, sin precedentes en su historia reciente.
Ni el régimen cubano ni las autoridades rusas han divulgado cifras oficiales sobre la cantidad de cubanos expulsados o en situación irregular. Tampoco han dado explicaciones sobre la presencia de mercenarios cubanos reclutados para combatir en la guerra de Ucrania, otro tema rodeado de hermetismo.
Este nuevo episodio evidencia cómo la persecución migratoria en Rusia no distingue nacionalidades, y cómo cientos de cubanos, empujados por la represión política y el colapso económico, continúan cayendo en redes de ilegalidad y riesgo fuera de su país.