En medio de una ofensiva antiinmigrante liderada por el gobernador Ron DeSantis, el estado de Florida se enfrenta a una grave paradoja: tras provocar la salida masiva de trabajadores extranjeros esenciales, ahora pretende cubrir esos vacíos con mano de obra infantil.
Una polémica propuesta legislativa, impulsada por la mayoría republicana en el Senado estatal, busca flexibilizar las leyes de trabajo juvenil, permitiendo que adolescentes de hasta 14 años trabajen jornadas nocturnas sin descanso, incluso durante el curso escolar.
“¿Qué tiene de malo que nuestros jóvenes trabajen a tiempo parcial?”, preguntó DeSantis en un foro migratorio junto al exfuncionario trumpista Tom Homan. Según el gobernador, los adolescentes y estudiantes universitarios deberían reemplazar a los inmigrantes que “hacían ese trabajo barato”.
Sin embargo, organizaciones como el Florida Policy Institute (FPI) denuncian que el proyecto de ley elimina protecciones clave, al permitir turnos ilimitados y semanas laborales de más de seis días para menores de 16 y 17 años, exponiéndolos a condiciones abusivas.
“Están tratando a adolescentes con cuerpos y mentes aún en desarrollo como adultos”, alertó Alexis Tsoukalas, analista del FPI. Según ella, la propuesta no se trata de fomentar habilidades, sino de sustituir la mano de obra inmigrante expulsada por menores vulnerables.
El senador Jay Collins, autor de la medida, intentó justificarla apelando a los “derechos parentales” y minimizó los riesgos al señalar que no se trata de “La Jungla” de Upton Sinclair. Pero para críticos como la Florida Immigrant Coalition, el trasfondo es claro: “Si no traen más inmigrantes, optan por explotar a los niños”.
Más del 27% de la fuerza laboral en Florida es de origen extranjero, y organizaciones agrícolas estiman que el 60% de sus trabajadores son indocumentados. Su salida ha dejado un vacío que ahora se pretende llenar a costa de los derechos de la niñez.
El alarmante retroceso en las leyes laborales se enmarca en un contexto nacional preocupante: al menos 30 estados liderados por republicanos han intentado reducir protecciones para menores trabajadores. Un informe conjunto del Economic Policy Institute y Governing for Impact reveló un aumento en lesiones laborales infantiles en sectores como la agricultura.
Mientras algunos senadores republicanos expresaron dudas sobre la propuesta, otros proyectos avanzan en paralelo, como uno que permitiría pagar a pasantes e internos por debajo del salario mínimo.
“Es una locura”, concluye Thomas Kennedy, portavoz de la Florida Immigrant Coalition. “Primero expulsan a los inmigrantes, luego crean escasez, y ahora eliminan las protecciones infantiles para llenar esos huecos. Todo por una agenda política extremista”.
En un estado que se jacta de “proteger la familia”, esta estrategia evidencia que la prioridad del gobierno no es el bienestar de los niños, sino mantener la economía a flote a cualquier precio.