El senador republicano Marco Rubio ha reavivado la presión sobre el régimen cubano al exigir públicamente la extradición de Assata Shakur, también conocida como Joanne Chesimard, quien se refugia en Cuba desde hace más de 40 años tras escapar de una prisión estadounidense. Shakur fue condenada por el asesinato del agente de policía Werner Foerster en 1973 y desde entonces su caso ha tensado las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Cuba.
The Cuban regime continues to provide safe haven for terrorists and criminals, including fugitives from the United States.
— Secretary Marco Rubio (@SecRubio) May 3, 2025
We owe the victims and the American people our unwavering commitment to holding the Cuban regime accountable.https://t.co/UqZ3dgQScq
“La dictadura cubana sigue ofreciendo refugio a terroristas y criminales, incluidos prófugos de la justicia estadounidense”, denunció Rubio en declaraciones a Fox News. “El brutal asesinato del agente Foerster jamás será olvidado, y nunca dejaremos de luchar por justicia”, afirmó. El senador también subrayó en su cuenta de X (antes Twitter) que «le debemos al pueblo estadounidense el compromiso firme de hacer rendir cuentas al régimen cubano».
Las declaraciones de Rubio coinciden con la renovación, este viernes, del llamado oficial del gobierno estadounidense para que Cuba extradite a Shakur. El FBI mantiene una recompensa de un millón de dólares por información que conduzca a su captura. En 2013, Shakur se convirtió en la primera mujer incluida en la lista de terroristas más buscados del FBI, donde se la cataloga como «armada y peligrosa».
El superintendente de la Policía Estatal de Nueva Jersey, Patrick J. Callahan, también se pronunció con firmeza: “Ella debería estar cumpliendo cadena perpetua. Quiero verla aquí ayer mismo. Tengo listas las esposas del agente Foerster para cuando aterrice”.
Mientras tanto, el régimen cubano insiste en que Shakur es una refugiada política, otorgándole asilo desde 1984. Esta protección ha sido una constante fuente de fricción diplomática con Washington. Según estimaciones, más de 70 ciudadanos estadounidenses buscados por la justicia residen actualmente en la isla, protegidos por el gobierno cubano.
La figura de Assata Shakur divide opiniones. Para las autoridades norteamericanas es una terrorista convicta, pero diversos grupos de derechos civiles y activistas afroamericanos la consideran un símbolo de la resistencia negra. Su autobiografía, escrita desde Cuba y publicada en 1987, aún circula en entornos académicos y militantes. Además, su vínculo personal con el fallecido rapero Tupac Shakur —del que fue madrina— ha mantenido su imagen vigente en la cultura popular afroamericana.
Aunque su posible extradición ha sido discutida durante conversaciones diplomáticas entre ambos países, el régimen cubano nunca ha dado señales de ceder en este aspecto, consolidando así otro muro más en el ya deteriorado vínculo con Estados Unidos.
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