La red de agencias que mantenía el flujo de remesas hacia Cuba sufre un nuevo colapso. Cubamax, Cuballama y otras empresas con sede en Estados Unidos han suspendido repentinamente el envío de dinero y recargas hacia la Isla, sin ofrecer explicaciones concretas a sus clientes. La información fue confirmada por el medio independiente 14ymedio, tras visitas a oficinas en Miami y llamadas directas.
Una empleada de Cubamax explicó que el proveedor encargado de entregar el dinero en Cuba «ya no puede hacerlo más», y que se encuentran en busca de un reemplazo. Aseguró que el problema «no tiene nada que ver con Washington», sino que la causa está del lado cubano, sin ofrecer más detalles. Horas después, el sitio web de la empresa reflejaba un escueto mensaje informando que los servicios no están disponibles por el momento.
Cubamax operaba a través de Orbit S.A., una entidad controlada por el conglomerado militar GAESA, que actúa mediante testaferros para evitar las sanciones impuestas por la administración Trump. Estas restricciones fueron reinstauradas en enero de 2025 por el secretario de Estado Marco Rubio, lo que volvió a poner bajo lupa a todas las empresas vinculadas al aparato militar cubano.
El cierre de operaciones de estas agencias, que empleaban métodos alternativos como los llamados «carteros» —personas que entregaban el dinero en mano dentro de la Isla— coincide con las crecientes dificultades del régimen para mantener el control sobre las remesas. Solo VaCuba continuaba operando al momento de la verificación.
Clientes habituales como Sandra, una cubana residente en Miami, relataron a 14ymedio que hasta hace unas semanas podían enviar dinero sin problema, pero ahora reciben respuestas evasivas en las oficinas. “Me dijeron que el proveedor en Cuba ya no trabaja con ellos y no saben cuándo encontrarán otro”, comentó.
Los canales electrónicos y las soluciones informales —como el uso de Zelle o el intercambio con mipymes dentro de la Isla— han ido reemplazando a los métodos tradicionales, especialmente tras la caída del control de GAESA sobre el flujo de remesas, documentada por el Observatorio de Monedas y Finanzas de Cuba (OMFi) y Cuba Siglo 21.
Esta interrupción se da en un momento en que el régimen intensifica los operativos policiales contra el «delito económico». La circulación de divisas fuera del control estatal es ilegal, y quienes reparten dinero en efectivo podrían ser blanco fácil de las autoridades. «Si atrapan a alguien repartiendo grandes sumas en la calle, seguro tendrá problemas», advierte Sandra.
Mientras tanto, los cubanos dentro y fuera de la Isla ven cómo una de las pocas vías de alivio económico se cierra de forma abrupta, revelando nuevamente la fragilidad de un sistema diseñado para eludir sanciones, pero no para proteger a quienes más dependen de él: las familias separadas por el exilio y la necesidad.