El expresidente Donald Trump ha vuelto a sacudir el debate público al ordenar la reapertura de la emblemática prisión de máxima seguridad de Alcatraz, clausurada desde 1963, con el objetivo de confinar allí a los delincuentes “más violentos” del país. Según informó la agencia EFE, Trump hizo el anuncio este domingo a través de su red social Truth Social, acompañado de un duro discurso contra el crimen y la inmigración irregular.
“Ya no toleraremos a esos delincuentes reincidentes que siembran la podredumbre, el derramamiento de sangre y el caos en nuestras calles”, declaró el exmandatario, quien busca retornar a la Casa Blanca en las elecciones de noviembre.
La orden instruye a la Oficina Federal de Prisiones (BOP), en coordinación con el Departamento de Justicia, el Departamento de Seguridad Nacional y el FBI, a trabajar en la reapertura del penal, ubicado en una isla frente a la costa de San Francisco, California. Trump también sugirió que migrantes indocumentados con historial criminal podrían ser enviados a este nuevo centro de detención.
La prisión de Alcatraz, famosa por haber albergado a figuras como Al Capone, operó entre 1934 y 1963. Aunque su cierre se popularizó por la legendaria fuga de tres presos en 1962 —un caso que inspiró películas y leyendas—, las autoridades explicaron que fue clausurada por el elevado coste de mantenimiento, estimado entre 3 y 5 millones de dólares anuales.
Desde entonces, la isla se transformó en una de las principales atracciones turísticas de San Francisco, recibiendo a millones de visitantes cada año. Sin embargo, bajo el nuevo plan de Trump, Alcatraz dejaría de ser un sitio histórico para convertirse nuevamente en una cárcel de alta seguridad.
El exmandatario ya había insinuado esta idea en enero, poco después de firmar una orden ejecutiva que permitía enviar migrantes con historial criminal a la base militar de Guantánamo, medida que fue ampliamente criticada por organizaciones defensoras de derechos humanos.
Además, Trump se ha mostrado frustrado por no poder enviar inmigrantes al CECOT en El Salvador, donde más de 200 venezolanos fueron recientemente encarcelados bajo acusaciones de pertenecer a la banda criminal Tren de Aragua, lo que generó demandas por supuestas violaciones constitucionales.
Con esta nueva decisión, Trump continúa perfilando una agenda ultra punitiva y antiinmigrante, desafiando las convenciones legales y los derechos fundamentales en nombre de la seguridad nacional. La reapertura de Alcatraz podría marcar un nuevo capítulo en el sistema carcelario de EE.UU., pero también anticipa nuevas batallas legales y sociales.